Wednesday, March 25, 2015

Kiseijuu: Sei no Kakuritsu

Más conocido por su nombre en inglés "Parasyte" por fin llegó a su fin, y no puedo dejar de mencionar lo aliviado que me hizo sentir de cierta manera el final. Los ciclos aunque de manera apresurada se cierran dejándonos algo muy pesado a meditar si no lo estuvieron haciendo durante toda la historia.

La serie completa es un tratado filosófico de grandes preguntas de la humanidad. ¿Qué somos? ¿Para qué existimos? ¿Qué es el bien y el mal? ¿Qué nos define cómo humanos? Y todo comienza con la llegada de una nueva especie que por si sola es mucho más fuerte que los humanos. Aprenden mucho más rápido, son mucho más rápidos y fuertes, y su directiva base los lleva a consumir carne humana como nutrimento.

Comenzamos también con un personaje muy cobarde y llorón siendo que en una serie shounen, de no ser cómico cómo en Reborn, este tipo de personalidades suele fallar mucho. La ventaja de Parasyte, es que Shinichi no es el Shinji promedio. Es una persona que con el paso de la serie, aprende, crece y reflexiona hasta llegar a alguna especie de iluminación y respuesta, sin dejar de ser humano. Izumi y Migi son nuestros guías en los cuáles se exploran varios conceptos interesantes humanos.

 Además de la amistad, y el amor de pareja, Parasyte explora varias veces el concepto de maternidad y el amor propio. La primera es muy obvia con la presencia de la madre de Shinichi haciendo un papel de sacrificio al quemarse una mano para proteger al pequeño Shinichi del aceite hirviendo. Otra perspectiva es posible verla con su contraparte parasitaria Tamura Reiko, que decide dar a luz a varias creaciones y sin embargo necesita tiempo y meditación para poder ser llegar a una conclusión que nos marcará en toda la serie.

Migi por su lado demostrará la importancia del amor propio al masacrar a varios de su especie con tal de mantenerse vivo. ¿Y qué hay de malo con vivir? ¿Qué hay de malo de acabar con otra vida para mantener la propia? Lo hacemos diario al comer carne y vegetales, sólo que vemos a esa vida cómo inferior. De la misma forma nos ven los parásitos, siendo las reses de su alimento, no nos aprecian o nos entienden, pero nos comen para satisfacerse y sobrevivir.

En algún punto de la serie, los parásitos comienzan a dejar de verse cómo tal, y nos llevan a reflexiones dignas de GreenPeace. ¿No somos los humanos también parásitos de la Tierra? ¿No tomamos sus recursos para subsistir? El que tardemos más tiempo en matarla no nos hace menos parasitarios. ¿Qué diferencia un parásito de un par de especies que coexisten? El respeto. El entender que somos diferentes y no podemos estar solos y dependemos siempre de otro. El retribuir y ser convenientes para ambos, es lo que nos crea esa diferencia. Este es uno de los mensajes más poderosos de la serie, explicando familia, amor y amistad en un egoísta sentimiento por intentar coexistir.

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